LAS CLASES ONLINE:


Durante el año que llevamos de pandemia, el ser humano se ha tenido que enfrentar a muchos retos, en todos los sentidos, no solo en el campo sanitario y social, ya que nos hemos tenido que resignar  a no poder dar abrazos y besos a nuestros seres queridos. Pero como iba diciendo todo se ha tenido que adaptar a estas nuevas y malas circunstancias.

La educación ha encontrado la solución en las clases online, ya que es la única forma de seguir dando clase con las medidas de seguridad. Todo esto ha conllevado varias consecuencias: en primer lugar, en muchos casos se ha aumentados la desigualdad entre institutos privados y concertados frente a los públicos, ya que  hay muchas familias cuyos hijos asisten a institutos públicos que no tienen los suficientes recursos para poder seguir las clases online, ya sea por falta de ordenador, o de red Wi-Fi. En la otra cara de la moneda están las familias de los institutos privados o concertados, que tienen los suficientes recursos como para poder asegurar que todos puedan asistir a este tipo de clases. En segundo lugar, pienso que hay que ponerse en el lugar de los profesores, las nuevas tecnologías son utilizadas más fácilmente por los profesores más jóvenes al estar más acostumbrados. Los docentes de más edad encuentran algunas dificultades en esta forma de enseñanza y se harían necesarios cursos de formación.

Ahora vamos a ponernos en el lugar de los estudiantes. Obviamente una clase online es completamente diferente a una presencial y, por lo tanto no se aprende lo mismo, ya que en casa es mucho más fácil distraerse y además debes prestar mucha más atención para entender las cosas, y si te despistas un minuto, es mucho más difícil reengancharte. También una cosa que he notado es que muchas veces las clases online son menos dinámicas, pero es que  de alguna forma tiene que afectar la distancia. Por último hay que tener en cuenta que antes, cuando tú tenías una duda, le podías preguntar al momento al profesor, y él podía ver si lo entendías o no, ahora es diferente porque aunque podemos preguntar, muchas veces no queda tan claro como antes.

En mi más humilde opinión, tengo claro que es mucho mejor una clase presencial, en todos los aspectos, aprendes más y mejor, es más divertida porque estar en  tu casa sola sin un compañero al lado se nota mucho. Creo que al final el problema fundamental, y que diferencia a cada tipo de clase, es la cercanía, tanto entre alumnos, como entre alumnos y profesores, gracias a eso se consigue muchos mejores resultados. Además para las personas con problemas de audición como yo, que nos apoyamos mucho en la lectura labial, esta situación nos ha complicado mucho más la comunicación y el entendimiento de las clases presenciales con la mascarilla, por lo que las clases online son más difíciles de seguir.

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